En este modelo de política de movilidad, las empresas determinarán un límite máximo para los beneficios de Relocation ofrecidos a los empleados, ya sea de forma global, o segmentado por servicios individuales.
En un programa “Managed-Cap”, las cantidades monetarias no suelen desembolsarse directamente al empleado, sino que se reembolsan previa presentación de una factura o son gestionados por un proveedor de movilidad internacional, responsable de coordinar todos los servicios, de hacer un seguimiento de los costes incurridos a efectos de reporting y fiscales.
Existen múltiples soluciones tecnológicas que apoyan al empleado en su proceso de toma de decisiones, y muchas de ellas cuentan con información actualizada sobre los países de destino, incluyendo consejos y “feedback” de otros empleados que han realizado el mismo traslado.
Los importes máximos en un programa “Managed-Cap” pueden delimitarse en base a la categoría laboral del empleado, por región geográfica, por tamaño de la estructura familia, etc.
Algunas empresas utilizan un modelo puramente monetario, mientras que otras gestionan la política de movilidad con un sistema basado en puntos, en el que el empleado tiene un conjunto predeterminado de puntos para aplicar a los servicios que mejor se adapten a sus necesidades individuales y/o familiares.
Algunas empresas permiten al empleado cobrar las cantidades o puntos no utilizados, aunque el pago se considera un beneficio imponible para el empleado. Otras optan por elevar el importe a bruto, de modo que los empleados reciban el valor total de la cantidad, o pueden exigir al empleado que pague los impuestos correspondientes.
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